Para orientarse en la elección, el precio también es importante. De hecho, es un aspecto que debe considerarse indicativo para identificar una determinada categoría de productos. Los modelos más caros, los de las primeras marcas a nivel mundial, pertenecen a una categoría de producto para uso profesional o al menos para detectoristas con un alto nivel de experiencia y competencia. Estamos hablando de detectores de metales de última generación, de alta tecnología y equipados con todas las opciones disponibles cuyo precio varía desde los 1000 euros hasta los 4000 euros.
Para principiantes y aficionados, y para todos aquellos que dispongan de un presupuesto más limitado, nos gustaría recomendar un rango de precios bajo que oscila entre los 50 y los 100 euros.
En este rango de precios, si bien no puede encontrar el producto de vanguardia o el modelo revolucionario, puede aprovechar oportunidades ventajosas que en ningún caso faltan en precisión, confiabilidad y longevidad.
Esta es la gama en la que se puede encontrar la mejor relación entre calidad y precio.